A los depósitos de cabecera se suma otra red de depósitos y estaciones de bombeo de agua potable de menor capacidad que almacena el agua impulsada desde los depósitos reguladores principales y desde donde parte hacia los hogares de las dos islas.
En total hay más de cincuenta depósitos de estas características repartidos por toda la geografía lanzaroteña y actualmente, y habida cuenta del mal estado y el deficiente servicio que prestaban están siendo sometidos a una renovación con actuaciones que van desde la impermeabilización, la instalación de vallados de seguridad, señalítica, etc… hasta el embellecimiento y la compatibilidad con el entorno.